Según el SIPLAN
(2004) –Sistema Integrado de Información, Planeación y Gestión, el municipio de
Chigorodó cuenta con un registro de Cinco Núcleos Zonales Urbanos con 29
barrios y Cinco Núcleos Zonales Rurales - incluyendo a cinco comunidades
indígenas- con un registro de 36 veredas. –Bien le consta al gobierno
departamental que durante la década del 90 se dio el desplazamiento forzado en
la subregión de Urabá y, a la fecha; los diferentes municipios y entre ellos
Chigorodó, siguen siendo receptores de población víctima del conflicto y del
desplazamiento forzado y, que por varias razones muchas familias aún no han
podido retornar a sus tierras por falta de garantías de seguridad por parte del
Estado. –Esta situación ha convertido al municipio de Chigorodó en un municipio
con más de 74.000 habitantes donde sólo el 13% de la población tiene
asentamiento en el sector rural y el resto en la zona urbana.
Según el DANE 2005,
el municipio de Chigorodó en la actualidad registra un indicador del 40.15% de
miseria extrema. –Luego tenemos un gran número de niños, niñas, adolescentes y
familias en alta situación de vulnerabilidad, riesgo psicosocial y presunto
abandono parental.
En el contexto de este indicador de miseria, Chigorodó está atravesando en la actualidad por una crisis de sobreproducción bananera, reincorporación, acogimiento de población migrante de Venezuela, incremento de niños y adolescentes “pandilleros”, homicidios selectivos, desplazamiento, deserción escolar, trabajo infantil, embarazo adolescente, consumo de drogas, riesgo de reclutamiento forzado y explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes, entre otros.
Será posible la
mitigación de los altos indicadores de pobreza y miseria desde la primera
infancia en tanto que el Estado Colombiano – el Gobierno Nacional,
Departamental y Municipal, garanticen sostenibilidad en el tiempo de la
política pública de atención integral a la primera infancia en los 1.122
municipios colombianos y entre ellos, el municipio de Chigorodó donde se vienen
atendiendo un total de 3.473 niños, niñas y entre ellos madres gestantes y
lactantes, tanto en la modalidad de atención institucional como familiar.
Chigorodó espera que
a pesar del recorte presupuestal que anunció el gobierno nacional al sector
social para el 2018, la oferta de atención integral a la primera infancia en
Chigorodó se sostenga al menos el 36% de la atención a los niños, niñas, madres
gestantes, lactantes y sus familias.
Los niños, las niñas y sus familias esperan
que tanto el Gobierno Nacional, Departamental - Gobernación de Antioquia –a
través de la Gerencia de Seguridad Alimentaria y Nutricional MANÁ y, la Administración
Municipal, en atención y cumplimiento al Interés Superior del Niño,(1) tomen la decisión debidamente
motivada, justificada y explicada de garantizar(2)
a más de 9.998 niños, niñas y adolescentes el restaurante escolar, en el marco
del Plan de Alimentación Escolar – PAE, para el año 2018 y vigencias sucesivas.
“Con
hambre, con alimentos de mala calidad y con una política de tolerancia a la corrupción los niños y las niñas en las escuelas y
colegios urbanos y rurales –comunidades indígenas- del municipio de Chigorodó; no
pueden estudiar.”
"Para evolucionar genéticamente se requiere de una alimentación y una
educación de calidad, de oportunidades reales y efectivas para el
desarrollo óptimo de las capacidades humanas y la libre personalidad." (Gañan Bedoya, José -Coordinación Municipal de Primera Infancia).
(1)
Esto significa
que, en cualquier medida que tenga que ver con uno o varios niños y niñas su
interés superior deberá ser una consideración primordial a que se atenderá. -
Los
niños y las niñas tienen menos posibilidades que los adultos de defender con
fuerza sus propios intereses, y las personas que intervienen en las decisiones
que les afectan deben tener en cuenta explícitamente sus intereses. Si los
intereses de los niños y las niñas no se ponen de relieve, se suelen descuidar.
(2) Postura y criterio que debe
ser tenido en cuenta a lo largo del ejercicio fiscal y en los pasos del proceso
presupuestario. Los niños y las niñas deben ser una prioridad en las
asignaciones presupuestarias y en el gasto, como un medio para garantizar el
máximo rendimiento de los limitados recursos disponibles.
